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martes, 10 de noviembre de 2015

LAS AGENDAS DE NADINE





Tomando en cuenta la ceguera que ocasionan las rivalidades políticas e ideológicas… y preparado para recibir toda clase de insultos y críticas viscerales, escribo este modesto análisis sobre el espinoso y muy de moda tema de las agendas de la Primera Dama del Perú.

Al respecto, debe quedar claro que nunca se debe perder la perspectiva ni el sentido de la proporción a la hora de emitir un juicio sobre cualquier tema. El hecho de que alguien nos resulte simpático, antipático, indiferente u odioso al extremo, nuestro análisis y posterior juicio siempre debe ser lo más objetivo y libre de influencias posible.

Una agenda de papel (aclaro esto porque hoy en día se usan más las electrónicas), es algo muy parecido a un diario, es un objeto personal muy íntimo, sagrado, personalísimo; es en sus páginas que una persona anota no solo su rutina de trabajo con fechas y horas… no, en una agenda también se anotan circunstancias, pensamientos, fantasías y secretos, bocetos de versos y cartas de amor y desamor. He conocido a más de una mujer que lleva en su agenda el control de sus fechas fértiles, de sus menstruaciones, de su medicación anticonceptiva y demás intimidades concernientes a su vida sexual en general. En una agenda se anotan claves, contraseñas, signos abstractos, dibujos solo descifrables para quien los hace, resultados de análisis médicos privados, medicaciones que uno no quiere compartir con los demás, detalles de procesos y terapias secretos; también cuentas y presupuestos, claro que sí.

En un diario se suelen anotar citas que, de caer en manos indebidas, pueden interpretarse de mil formas, la mayor parte equivocadas. En la agenda de una mujer, por ejemplo, podría encontrarse lo siguiente: ‘jueves 14, 7 pm – Ricardo’. Si eso lo lee el marido o el novio, al no reconocer ni asociar el nombre, lo primero que pensarán es que se trata de un amante; si lo lee el jefe pensará que es de alguien de la competencia o qué se yo, cuando en realidad se trata de su dentista o de su médico o de un amigo de la universidad o del colegio con quien tomará un café.

En fin, lo que quiero decir es que, al margen de lo que se encuentre -o se especule- sobre los contenidos en las agendas de la Sra. Nadine Heredia… y al margen de que en efecto se probara que existió delito de lavado de dinero y otros ilícitos (en cuyo caso debería ser procesada y sentenciada como cualquier ciudadano), el robo de sus agendas personales y la posterior publicación de sus contenidos en los medios, constituye en sí mismo una infamia sin nombre, es una grotesca violación a su intimidad como ser humano y una humillación a su dignidad.

Finalmente, repito lo que afirmé al comienzo de este texto porque lo considero pertinente: no debemos dejarnos llevar por nuestras simpatías o antipatías a la hora de emitir un juicio, ya que bajo esa influencia no veremos las cosas en perspectiva y su real dimensión y las sacaremos de contexto necesariamente. 



MAURICIO ROZAS VALZ


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