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viernes, 28 de junio de 2013

EN DEFENSA DEL AMOR







Han aparecido muchas corrientes modernas que pretenden incluir al amor dentro de los estudios de la ciencia para darle una explicación en ese sentido, lo cual en sí no tendría nada malo. Lo que sí me tomo la libertad de rechazar enfáticamente, es que se pretenda afirmar que el amor es un fenómeno ‘físico-químico’, el cual puede administrarse y manejarse entonces de manera científica. 

Estando pues ubicados e identificados previamente estos componentes, se podría entonces alterar sus efectos de manera artificial, es decir: ingieres el componente ‘x’ y sientes amor por una persona y también, como antídoto, ingieres el componente ‘y’, y ese amor desaparece. 

Entiendo que esto pueda funcionar para el apetito sexual y su fin reproductivo consustancial, también entiendo que químicamente se pueda manejar los estados emocionales (tristeza, alegría, ira, etc.); todo esto está probado científicamente y nadie puede objetarlo.

Pero el amor es otra cosa pues. El amor es una experiencia trascendente que surge espontáneamente. Podemos enamorarnos de una escritora que incluso ya falleció sólo por lo que dicen sus letras. Podemos enamorarnos de alguien a quien nunca hemos visto en persona, incluso podemos enamorarnos perdidamente de un personaje ficticio de una novela o de un relato. Podemos sentir un frío extraño que recorre nuestras entrañas sólo con una voz al otro lado del teléfono o a través de la energía que evidencia la intensidad de la palabra escrita. Podemos sentir amor al escuchar un poema, una canción, viendo una película; podemos crear lo que nos dé la gana con nuestra imaginación y proyectarlo con la persona a quien queremos.

Estoy hablando de amor de verdad, con estética, con poesía, con arte y con verdad. El amor vulgar sí podría tener causas físicas y químicas. No es culpa del amor poético si nunca lo conocieron ni disfrutaron sus mieles ni sufrieron sus dolores. Déjenlo donde está, tranquilo, disfrutando y sufriendo en paralelo su eternidad en las almas perturbadas que le dan acogida.


MAURICIO ROZAS VALZ

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, no creo exista ciencia posible que identifique cuando nace el amor, ni cómo provocarlo... Es sencillamente absurdo!

    Pues, el amor es... guao... un sentimiento capaz de sacarnos de la más desgarradora tristeza, el amor nos hace sentir vivos, plenos, libres, radiantes, en absoluta armonía, pero sobretodo felices!!!

    Coincido contigo en que el amor naturalmente va acompañado de poesías, cuando estamos enamorados somos auténticos, increíblemente genuinos...

    El amor hace que el cuerpo se estremezca con sólo recordar a esa persona,como bien dices, "podemos sentir un frío extraño"... Cuando estás con el ser amado, todo lo demás sobra! Anhelas que el tiempo se detenga justo allí...

    Gracias por regalarnos estas hermosas palabras, muy oportunas en estos tiempos de crisis y estrés...

    Me declaro defensora del amor!

    ¡QUÉ VIVA EL AMOR!!!!

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