El veloz incremento del
conocimiento, desde el siglo XVIII, XIX y sobre todo, de manera exponencial
desde principios del anterior; ha tenido como consecuencia, la desaparición del
hombre Universal, el hombre que poseía en mayor o menor grado, todo el
conocimiento científico, histórico, técnico y filosófico de su tiempo.
La vastedad del
conocimiento actual, hace imposible que un solo individuo pueda siquiera
aspirar a poseer una visión elemental de los infinitos campos,
especializaciones y sub especializaciones que lo abarcan y renuevan día a día.
Son justamente las
mencionadas especializaciones, las que abarcan cada vez un espectro menor, pero
a su vez más detallado de todas las ramas de la ciencia y la tecnología, que
sumadas, contribuyen al engrandecimiento y optimización del conocimiento
general; pero con la fatal consecuencia para el individuo, que ve aumentar su
ignorancia y estrecharse cada vez más, su ventana al conocimiento universal.
Los grandes intereses
económicos, que constituyen el poder en el mundo y a través de sus más
conspicuos operadores, los políticos, que constituyen la cara visible del
poder, han tomado debida nota de ello y lo utilizan para beneficio propio.
Una sociedad de consumo,
requiere de hombres que se adapten fácilmente al sistema, que no cuestionen
nada, que no se sumerjan en disquisiciones, que se formen dentro de las currículas
utilitarias promovidas por el estado; que crean en alguna religión,(
preferentemente la oficial) que se formen en una carrera utilitaria ( para el
sistema y para ellos mismos), que hagan post grados, diplomados; que se casen,
para conseguir un equilibrio emocional y una motivación para seguir
produciendo; que se inserten en el sistema crediticio, que consuman, que
ambicionen con ganar cada día más y más, con obtener más recursos económicos,
para provecho propio, el de su familia, el estado y por supuesto, para los
medios de producción. Pero que en modo algunos cuestionen nada… pues malos bichos
resultan los “outsiders”, los que con sus perniciosas ideas y pensamientos
vanguardistas o bizarros, puedan desenmascarar y con ello desestabilizar el
sistema político y económico, en el que los más grandes beneficios, cada vez
llegan a grupos más reducidos de personas.
Por eso, el sistema premia
con mejores ingresos a los profesionales e investigadores de lo estrictamente
utilitario, comercial y productivo, relegando a los estudios filosóficos,
históricos y las ciencias sociales, que gozan de menores partidas y sueldos
poco atractivos, para los que pretenden ganarse la vida ejerciéndolas; pues
esos campos, siempre resultan sospechosos de poner en evidencia y atentar
contra el sistema y por lo mismo, con los grandes intereses en juego.
Por eso, el hombre de éxito
en ese contexto, será considerado únicamente en la medida sus logros económicos
y en la medida de su eficaz contribución en la consolidación del sistema; lo
relativo a su desarrollo personal, su formación como persona, su cultura,
inquietudes íntimas, de poco importan… Resultará más valorado, para el sistema,
un post graduado en administración de empresas, que hable tres idiomas, domine
la informática y que genere millones a la empresa para la que sirve y cobre
decenas de miles de dólares por sus servicios, aunque no sepa nada de historia,
política, ciencias, filosofía, arte, pero, eso sí!, que se identifique con su
presidente, que se someta a la máxima autoridad eclesiástica, que crea
firmemente en su rol de padre proveedor y mejor contribuyente, que sólo se
permita distraer de sus obligaciones, escogiendo el modelo de auto que renovará
ese año, en el equipo de fútbol de sus amores, las cervezas en el club con los
amigotes, la nueva casa de playa y porque no, con alguna escapada ocasional con
la nueva secretaria… Y es bajo ese mismo molde, de excelencia profesional, pero
absoluta mediocridad intelectual, que no nos extraña ver, presentadores (as) de
televisión que ganan millones y sin embargo, creen en ángeles y adivinos, en
cartomancia y quiromancia; grandes empresarios, que consultan el tarot, sólo
leen la Biblia y creen en los ritos de sanación; políticos astutos, corruptos y
venales, que se curan de daños y malas voluntades con chamanes, creen en el
diablo, ven Magali TV y escuchan Reggaeton. Actores y cantantes, deportistas
idolatrados, cirujanos plásticos, todos famosos y ricos, que resultan ser
cientólogos, o que participan de ritos francmasónicos, creen en alienígenas y
abducciones, leen libros de autoayuda, se enrolan en la iglesia de Jesucristo
de los santos de los últimos días, creen en el aura, en las malas vibras, en
oscuras conspiraciones del comunismo internacional y de Al qaeda; en las almas
en pena, tienen cábalas, dan por sentada la existencia de poderes
sobrenaturales, creen en castigos divinos, en la reencarnación y en toda suerte
de supersticiones y supercherías.
En medio de ese oscurantismo, es que nunca tendrán claro que el hombre que no conoce de historia, jamás entenderá sus ciclos repetitivos, el origen, relatividad y utilidad de los parámetros sociales y morales; los grandes y recurrentes errores y mitos… y al no conocer su pasado, tampoco tendrán claro su presente y menos aún, podrán columbrar su futuro…Que el hombre que no tiene inquietudes filosóficas, jamás encontrará la luz que ilumine el sendero de sus inquietudes más íntimas, ni cuestionará la autenticidad del mundo en que vive, ni la de su propia existencia.
Quién no conozca principios básicos de geología
y antropología, jamás entenderá que somos convidados de piedra en este planeta,
que no se creó para servirnos a nosotros, y que somos una especie reciente
habitando en él, y que a pesar de haber sido irrefutablemente, la especie con
más dominio de su medio, nos falta centenas de millones de años, para
considerarnos exitosos, únicamente en términos de supervivencia y que con
nuestra desaparición, no quedaría tampoco cerrada la puerta al advenimiento de
una nueva especie inteligente y dominante. Que el no tener conocimientos de
ciencias naturales y biología, impide ver los peligros que para todas las
especies de seres vivos, con las que estamos genéticamente emparentados,
representan las industrias, la quema de basura y combustibles, la
deforestación, además de la espantosa explosión demográfica y por lo tanto,
poder crear conciencia de ello, para lograr consensos y tomar medidas urgentes
en ese importante y vital tema. Que entre la absoluta ignorancia de otros
campos, no menos importantes del conocimiento, que serían imposibles de
enumerar, quien no tenga noción de física, relatividad y mecánica cuántica,
jamás entenderá que el universo, es sólo un campo de probabilidades, que los
conceptos de espacio y tiempo que nos son inherentes, no tienen vigencia ni
validez para todo el universo, y que el principio de incertidumbre, pone en
duda la solidez de todo lo que conocemos y cuestiona seriamente y con rigurosa
lógica, hasta nuestra propia existencia… que el mundo que concebimos real e
inconmovible hasta la física newtoniana, es a partir de la relatividad general
y sobre todo, desde el descubrimiento de la mecánica cuántica, sólo una
fantasmagoría de los parámetros apriorísticos de nuestra estructura mental.
Es ajeno a todo ello, que
ese hombre masa en mayor medida y también el especializado, exitoso, vanidoso,
pero ignorante, que asesinó al hombre universal y vive por inercia, aunque con
la seguridad del que no conoce la duda, que es incapaz de comprender nada de
manera integral y es por lo mismo, fácilmente manipulable e influenciable por
los medios, coludidos con el poder… aturdido con noticias irrelevantes y
espectaculares, asustado por enemigos invisibles e imaginarios, preocupado por
peligros probabilísticamente menores al de ser alcanzados por un asteroide… que
finalmente termina, en medio de su ignorancia haciéndole el juego a los grandes
intereses y cito sólo como reciente e ilustrativo ejemplo, al habitante
promedio de los EEUU, una sociedad rica, bien alimentada, con un irrelevante
índice de analfabetismo, con un sistema educativo estatal y privado de primer
orden, con prestigiosísimas universidades, alma mater del súmmum de la
comunidad científica y tecnológica y que sin embargo, han podido
inexplicablemente, ser burdamente manipulados y engañados por un inframental
como Bush y su gavilla de delincuentes, al obtener apoyo para una absurda,
inconsecuente y desproporcionada retaliación por el incidente del 11 de
septiembre, sustentada en una irracional e infantil secuencia de
justificaciones, menos creíbles y elaboradas que el incidente de Tonkìn que
desencadenó la guerra de Vietnam… y sino de que otra manera, ¿cómo se podría
entender, que relación causal existe, entre un atentado perpetrado por una
célula terrorista de árabes saudís, fundamentalistas islámicos de Al Qaeda, con
un posterior ataque e invasión a Afganistán? Y lo que es peor, con la brutal
ocupación y genocidio del pueblo Iraquí? Sólo un hombre masa, o un especialista
que es incapaz de hilvanar una simple secuencia lógica de hechos y
acontecimientos, puede permitir que se haga burla de su buena fe, haciéndose
cómplice y reo de un juicio histórico, al consentir que se utilice sus
impuestos y la sangre de sus hijos, al avalar atrocidades que sólo buscan
proteger, oscuros, mezquinos e inconfesables intereses.
Descansa en paz, hombre
universal…
GUSTAVO ROZAS VALZ
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