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jueves, 24 de mayo de 2012

CASONA



Hoy por la mañana, aprox. 7.30 am. Sentí un ruido ensordecedor, parecía una explosión o un derrumbe. Me asomé a la ventana y sólo se veía una gran polvareda. Luego se fue aclarando y vi un Caterpillar en la casona contigua al edificio en que vivo. Estaban demoliendo la vieja casona. Si bien, hacía algunos días había visto sacar muebles viejos y algunas puertas y ventanas, abrigaba la esperanza de que se tratara de una remodelación. Pasaron un par de horas hasta que salí de casa, durante las cuales siguieron los estruendos y, al salir, ya no había casa. En cuestión de minutos estaba todo hecho escombros, destrozado, parecía un paisaje de Bagdad.

La casona era simplemente hermosa. Por el tipo de arquitectura calculé que sería de los años cincuenta. Era muy grande. Desde la ventana de mi cocina se veía hasta el fondo. Tenía una enorme huerta ya hecha bosque por el abandono. Tendría por lo menos mil quinientos metros cuadrados. Era muy grande y bonita.

Al ver con tristeza la casa de mis sueños destrozada, recordaba que más de una vez soñé con tener el dinero para comprarla… pero no para hacer un edificio y hacerme rico; soñaba con remodelarla, remozarla, ponerla bonita. Me imaginaba con ropa de faena podando las plantas, botando los árboles secos y construyendo un muro alrededor y una piscina… sueños van… sueños vienen.

También,  mientras veía la casa hecha polvo y escombros, imaginé a un señor vestido a la usanza de aquellos tiempos caminando por esta calle, viendo el terreno, preguntando, averiguando con quién se trata la compra. Luego de eso, lo imaginé buscando un arquitecto, diseñando con él la casa, darle entusiasmado la noticia a su mujer, pidiéndole sugerencias para los cuartos de los chicos, su cocina, su biblioteca y su jardín.

Todo esto seguramente sucedió de alguna manera. En algún momento, alguien recibió por primera vez las llaves de esa hermosa casa, durmió por primera vez bajo ese techo. Seguramente también, en esos dormitorios se engendraron nuevas vidas que pasaron también a habitar la casa y a disfrutar de su belleza y amplitud. Tampoco quizá faltó el idiota al que le pareció ‘poca cosa’ comparada con la mansión de su amigo del colegio. ¿Cuántas lágrimas, carcajadas, gritos y orgasmos habrán escuchado esas paredes que hoy ya no existen más?  ¿Cómo es que un día, alguien empieza algo con mucha ilusión, lo logra hacer realidad, lo continúa otra generación y quizá una tercera… y viene algún descendiente necesitado o con el alma metalizada y decide alquilarlo a una oficina o venderlo a una constructora?  Y lo más seguro es que, quien la construyó, ya no exista. Entonces se cumple el dicho: “Nadie sabe para quién trabaja”.

Nada de esto debería llamar mi atención, dado que a las personas nos pasa exactamente lo mismo. Un día empezamos nuevos, pasamos por una época de oro en que somos amados, luego envejecemos y el amor por nosotros se vuelve piadoso,  hasta que finalmente somos demolidos por nuestro achaques. Pero bueno, es simplemente así.

(El nuevo edificio tapará la entrada del sol del amanecer por mi cocina. Me encantaba desayunar con esa luz, durante nueve años lo hice, se volverá oscura.  No lo pienso permitir, creo que es hora de hacer maletas).

MAURICIO ROZAS VALZ

4 comentarios:

  1. Cada dia desaparece la arquitectura antigua de Lima y da paso a mas edificios. Triste realidad. Mi cocina no tiene luz la sala da a un tragaluz... lo unico bueno de este edificio donde vivo es mi dormitorio donde cada mañana veo el amanecer.

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  2. Es verdad, muchas veces he pasado por diferentes calles de Lima y hay casas hermosas, que traen nostalgia ajena, recuerdos que no nos pertenecen pero que de alguna manera se dejan sentir, como si hablaran y solo ciertas personas pudiéramos escuchar. En países de Europa estas casas son las más caras y es impensable derrumbarlas para construir un edificio de departamentos, son mantenidas con el mismo esplendor que las vio nacer y solo gente de muchos recursos logran poseerlas o alquilarlas, muchas están en embajadas y gente que admiran la belleza de estas casas que pareciera tuvieran alma, en base a su historia y recuerdos que no conocemos pero que se dejan sentir.

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  3. Me haces recordar lo que pasó en la casona que estaba al lado de mi edificio, una casona linda, llena de verde, con piscina y dos hermosas palmeras como las que se ubican a lo largo de la Av. Arequipa. Un día, en un dos por tres, adios casa, adios areas verdes y claro, adios hermosa palmeras que, sin ton ni son talaron sin siquiera pensar en la posibilidad de incluir en la paisajística o trasplantar. Desarrollo y crecimiento, le dicen.

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  4. Me encantó lo que escribiste sobre la "casona" solo piensa esto, aunque la hayan derrumbado y construyan un edificio al lado de tu casa y no te permita ver el amanecer desde tu cocina, nadie podrá derrumbar un amanecer :) y me enacantó donde dices "El nuevo edificio tapará la entrada del sol del amanecer por mi cocina. Me encantaba desayunar con esa luz, durante nueve años lo hice, se volverá oscura. No lo pienso permitir, creo que es hora de hacer maletas" Biennn!! Eso se llama amar los amaneceres, que es lo más maravilloso de apreciar. Busquemos siempre el nacimiento de un nuevo día llamado amanecer. :) Porque no escribes algo sobre eso Mau? Imagino que tienes cosas muy bellas que escribir. Un abrazo enorme y gracias por compartirnos tus letras!
    Calittha :)

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