Se presentó una tarde en su casa. Venía de parte de un común amigo a quién había acudido para que, usando sus “ influencias” como familiar de militar de alto rango, le presentara a alguien que le suministre munición del 9mm parabellum a bajo costo. La práctica del tiro de combate requería del consumo de una gran cantidad de munición, y aunque por lejos era el que menos entrenaba, igualmente doscientos cincuenta a trescientos cartuchos por mes resultaba todo un presupuesto, si se trataba de recurrir al mercado regular.
Soy el teniente Armendáriz, mi herrrmano (con una R rasgada y un tanto motosa se expresaba el oficial) - Cuánto gusto, le contestó Fernando y casi de inmediato se pusieron de acuerdo en lo que finalmente era el motivo de la reunión: - doscientos cocos ( dólares ) la caja de cinco mil, herrrmaaano, sólo por tratarse de ti, amigo de mi causa, la popular mona “ chita”- ¡Cerrado! Le contestó entusiasmado Fernando, que de frente le encargó la compra de dos cajones, para comenzar.
Le pidió un adelanto de cien “cocos” y Fernando, desconfiado hasta la médula, se los entregó como quién les echa cruces y pensando en la probabilidad no muy remota de nunca más volverlos a ver….
Lo cierto es que Armendáriz hizo su aparición a los dos días pactados con el encargo, y no sólo eso; sino que hasta le presentó un regalo adicional: “me has caído bien “causita” y junto con tus “caramelos”, te he traído de yapa este par de frutas de la estación… Las frutas de estación, no eran otra cosa que dos magníficas granadas antipersonales de fragmentación, las clásicas “piñas”. -Muchas gracias compadre, no te hubieras molestado, le replicó un tanto incómodo Fernando, a quién cualquier tipo de regalo o adulación irritaban de una manera singular…
Las entregas regulares de la mercancía, que Fernando aprovechaba en algunas ocasiones para revender, dieron paso a un ligero grado de confianza y amistad, que si no prosperaba más, era simplemente por los límites de la cordialidad que Fernando desde un principio y sutilmente se las arregló para establecer.
En una de sus tantas visitas, Armendáriz le llevó nada menos que la enorme vaina de bronce de un proyectil de tanque soviético T-55 ( según el teniente ) pero que a Fernando más bien le pareció de algún howitzer de pesado calibre por su desproporcionada dimensión… lo invitó a pasar a la sala y en medio de la conversación, salió el tema de los recorridos de tiro de combate, y Armendáriz lo desafío cordialmente a un concurso singular en el polígono del ejército: “ para ver si eres tan bueno como dices, mi herrrmano del alma”. Quedaron para el siguiente sábado y se encontraron en los extramuros del cuartel.
Armendáriz había hecho preparar con sus furrieles, todo un simpático escenario en el polígono, para el desafío de aquel fin de semana: “¡ ya está!, en la cancha se ven los gallos, mi herrrmano, ¿ listo para comenzar?- Siempre listo le contestó Fernando; establecieron los turnos y mientras un soldado tomaba los tiempos y otro anotaba los puntajes, ellos iniciaban su recorrido en el menor tiempo y con la mayor precisión posible…
Luego de algunas rondas, el resultado del desafío ya era evidente incluso para los soldados que apenas podían contener la risa: “ Ríanse no más jijunas gran puutas… ríanse no más y se quedan sin salida el domingo, les gritó furioso Armendáriz, para risa de Fernando que no se podía contener… Caballeros, me cagaste nomás mi herrrmano, fatal es…”
En un último intento por revertir el resultado adverso, Armendáriz propuso una última ronda, pero con una modalidad distinta, sin saber por supuesto que, con ello, sólo conseguiría proporcionarle aún más brillo al inapelable triunfo de su rival. Modalidad de dueeelo mi herrrmano, a ver quién es más rápido a la hora de la verdad… ( no sabía el buen teniente que, si bien Fernando era bueno, pero no el mejor en el recorrido de combate, en la modalidad de duelo con desenfunde era sin dudas, el mejor...)
Tú da la señal ¡cabrón! Gritó el teniente a uno de los soldados, y a la voz de ¡ya! Ambos desenfundaron sus armas de la cartuchera. Ambas pistolas eran idénticas: dos FN Browning del 9mm parabellum; la high power (como se le conocía en el ámbito internacional). Armendáriz no había terminado de desenfundar, cuando Fernando hizo impacto en tres ocasiones sobre la silueta de metal que representaba frente a él, nada menos que a su rival… ¡chucha! Muerto el indio… alcanzó a exclamar el teniente… Se acabó carajo, tengo que pagar doble apuesta ¡vamos a chupar!
La apuesta original había sido de sólo dos cervezas. Armendáriz inicialmente habló de cajas, pero Fernando lo convenció de que, luego de la práctica, tenía un compromiso familiar… Pero tienen que ser cuatro pues, mi herrrmano, dos más por la prueba adicional… Hecho, cuatro, le respondió Fernando, en espera de que le indique el lugar…Aquí, cerca del cuartel, a la vuelta de mi jato hay un lugarcito tranquilo, mi herrrmano.
Subieron a la doble tracción de Fernando, y Armendáriz, no pudo dejar de notar: pasu herrrmano que tal equipazo de la gran puta… que discoteca, ni discoteca… A ver ponte algo de music, para ver que tal suena… - En la compactera se encontraba el cd que había venido escuchando en el camino, el Nevermind de Nirvana, que acababa de salir, donde estaba la canción: “ Smell like a teen spirit” que por primera vez había escuchado algunas semanas atrás y que, literalmente , después de tiempo había conseguido “ romperle el cerebro” con esos riffs sordos y estridentes como nunca antes había escuchado algo igual…( sin saber, para ese momento, que sólo sería el preludio de una década prolífica y muy especial para el rock ) casualmente sonaba otra buena canción del mismo CD, “ come as you are” y el teniente no pudo evitar expresar: puta que tal sonido herrrmano, pero ¿no tienes otra música para escuchar? Esta es música para hippies, loco - ¿cómo qué? Contestó sorprendido Fernando; … no sé, unos boleritos de Iván Cruz mi broder, o los morunos, algo así… Sólo tengo lo que ves ahí, contestó Fernando, haciendo un esfuerzo para no reír _ chucha! Rush… Enigma…Metállica… Bad Company… AC DC, no conozco ni mierda de esto hermano, lo dejamos ahí no más…
No avanzaron más que unas cuatro o cinco cuadras y Armendáriz le dijo: aquí a la vueltita nomás, es un lugar tranquilo mi herrrmano. _ No bien bajaron, y Fernando tuvo que disimular su desencanto al comprobar que se trataba de una cantina de esas de mala muerte, por las que sentía verdadera repulsión… Caballeros, suspiró. No bien entraron, y el escenario no podía ser más lúgubre. Había dos mesas con cuatro y tres borrachos respectivamente, con botellas de cerveza apiladas en el centro de cada mesa. Para esto, sin duda, ya bastante recalentadas. Había un olor desagradable, una mezcla entre la espuma que arrojaban al piso, un ligero y penetrante tufillo a orines que emanaban de algún urinario seguro no muy distante, y un humo de fritanga que sin duda provenía de la cocina del fondo. Podía oírse la voz aguardentosa de los borrachos que hablaban y reían a gritos, mientras jugaban con un cubilete y tenían como música de fondo, horrisonantes melodías que provenían de una antigua y colorida rockola.
Fernando, fiel a su costumbre, buscó una silla con espalda a la pared y en una mesa lo más cercana posible a la salida del lugar. Una vez sentado, y como para incrementar su natural paranoia, reparó con desagrado que en el entusiasmo por su triunfo en la prueba, había olvidado abastecer las cacerinas de su pistola y la tenía frente a sí mismo, guardada en su estuche, pero inútilmente desabastecida como para afrontar cualquier peligro que se pudiese presentar.
LUCIEEEEERNAAGAA, QUE TE APAGAS Y PREEENDES, QUE TE MAAARCHAS Y VUEEEELVES… TUUUU NO ME QUIEEEEEREESS ,RA TARA RAAA, era la letra de la espantosa canción que vomitaba sin cesar la rockola, y que tenía como fondo musical un acorde parecido a la música que ejecutaban las bandas en las multitudinarias y populares procesiones del señor de los milagros, en octubre… (horror de horrores, pensó Fernando….)
A esas alturas ya no le quedaban dudas, al pobre de Fernando, que sin duda se trataría de las cuatro cervezas más largas de su vida. Para comenzar, era enemigo de libar con gente que no sea de mucha confianza, y el entorno no contribuía en nada para calmar su impaciencia, fastidio y ansiedad.
Dos heladitas Chepiiita, pidió el teniente- y en el acto una adolescente, tan poco agraciada como regalona, acudió con las dos botellas y sus respectivos vasos…Salud mi herrrmano, por el gusto de tomarme unas chelitas contigo… ¡salud! Le respondió Fernando… oye, de puta madre tu camioneta, hermano, y el equipaaazo… debes manejar full hembritas ¡pendejo! Se hace lo que se puede, respondió sonriendo Fernando… lo que se puede ¿ No? – hueeevón… voy a tratar de presentarte a la hija del general Muhlethaler, mi herrrmano… una chibola rubiecita con un culito precioso… ¡mamita! No sabes herrrmano. Y es bien pilas… por ahí me han contado que le encanta quemar grifa… ya sabes cómo se ponen las hembritas cuando fuman ¿no? - Si es así tan rica como dices, ni cómo hacerle ascos compadrito, pónmela no más… replicó Fernando…
Bueno, ahora que estamos en confianza, y por primera vez nos vamos a tomar unos tragos, quisiera ante todo presentarme como se debe, mi herrmano… mi apellido, como seguro ya imaginabas, no es Armendáriz… Vengo luego de haber estado destacado en Ayacucho seis años y en zona de emergencia, todos los oficiales tenemos seudónimos y escogemos apellidos con nombres de conocidas calles y avenidas de Lima, como Armendáriz… Además, seguro que pensaste, de donde apellida Armendáriz ese serrano con ese cacharro tan feo ¿no? Mi nombre es Julio Umpire Balbuena, para servirte siempre, mi brodeeer.– Fernando, no pudo contener la risa… no compadre, no pensé en eso; sólo que no es un apellido muy común. Por un momento pensé que podrías ser descendiente del gran José de Armendáriz y Perurana, primer Marqués de Castelfuerte, Virrey del Perú, destacado maestre de campo, y el único pendejo con las pelotas lo suficientemente grandes para plantarle cara y humillar nada menos que al infame tribunal de la Santa Inquisición; expuso Fernando… Pero luego recordé, que el gran Marqués murió soltero y no dejó descendencia directa… Qué bonito la arreglaste ¡pendejo! Me gusta la gente con rapidez mental… y no sólo eres rápido con las manos por lo que veo, sino con la lengua también ¿no? Salud por eso ¡campeón!
Así que has estado seis años en Ayacucho, estimado Julio. Debe haber sido una verdadera pesadilla ¿por qué tanto tiempo? A lo mejor te tiraste a la esposa de un coronel… porque de otro modo no me explico que te retuvieran tanto tiempo en ese infierno… un verdadero Viet Nam…. Noo hermano (río el teniente) cuando te destacan , te destacan nomás… en el ejército las órdenes se cumplen, no se discuten, campeón.
Pero igual, jodido compadre… cuanta gente ha muerto ahí… Si mi herrrmano, jodido nomás es… mira, ahí no se puede confiar en nadie… no sabes quién es terruco y quién no. Esos hijos de puta siempre atacan por sorpresa y a traición herrrmano, nunca dan la cara… y si te toman prisionero puedes darte por muerto, te lo aseguro…
Entre nos hermano: no sabes las cosas que suceden allá… nadie sabe… la gente, para que te respete, tiene que tenerle más miedo al ejército o a cualquier miembro de las otras fuerzas armadas y policiales, que a los mismos “terrucos” hijos de la gran puta. A cada rato salíamos a hacer batidas. Apenas se escuchaba una explosión o disparos mi broder… Y los huevones que estuvieran por allí… mala suerte para ellos… Los deteníamos en el acto, los llevábamos al cuartel y al calabozo incomunicados cuarenta y ocho horas… en esas celdas hacía un frío del carajo herrrmano. En invierno, por las noches hacía menos diez grados, y tenían que abrazarse los cabrones para no morir. Nada de frazadas, ni abrigos. Luego, pasaban al interrogatorio con el capitán Del Solar… un verdadero y total sádico hijo de puta, loquito… ¿ te sabes la del barril ¿no? Te sumergen hasta la cabeza en un barril de agua helada hermano, y cuando calculan que ya te estás por ahogar, te sacan y te hacen preguntas que, si no respondes, te vuelven a sumergir…. Dicen que te sientes morir, hermano… luego la picana eléctrica en los huevos, previa mojadita con agua mi broder… hasta el más macho berrea como chivo.
No había como saber quién decía la verdad y quién no, mi herrrmano… terminados los interrogatorios, Del Solar seleccionaba a uno de cada tres, al azar… y según su estado de ánimo o la hora del día, procedía con los infelices… Si era en la tarde, los llevaba detrás del campo de tiro del cuartel… ahí los ponía a cavar su propia tumba ¿te imaginas, herrrmano? Luego, le metía un tiro en la cabeza a cada uno con su browning, y mandaba a los soldados a tapar el hueco… No tienes ni idea de la cantidad de cadáveres que deben estar enterrados ahí, hermano…
En ese punto, Fernando no sabía qué pensar acerca de hasta qué punto lo comprometían las horribles revelaciones que el teniente se había animado a relatar…
¡Chepiiita!, tráete dos máaas, bien helenas ah… Y mamita, toma esta monedita y ponte por favor esta canción de Iván Cruz… El teniente, anotó un nombre en una burda servilleta de papel, y la disforzada Chepita se acercó a la rockola y le puso la bendita canción: TE AAAMO DEMASIAAAAADO, TARA RA, NACÍ PARA ADORAAAAARTE…. El espantoso marco musical, le agregaba un tono más gris al inusual relato, que más bien parecía ‘confesión de parte’ del teniente…. Como te decía, Fernandito, herrmano, una real huevada… Si era de día, el cabrón de Del Solar, mandaba a traer el helicóptero, un MI-8, los conoces ¿no? _ Si claro, los helicópteros rusos que tienen tanto Uds. como los de la FAP, medianos y con opción para poder artillarlos… son muy buenos me han dicho… Fierrazos!! Herrrmano; bueno, como te decía, traían el helicóptero y del Solar los hacía subir a patadas en el culo, a todos los que pudieran ocupar un lugar junto a él -y dos soldados más- con las manos amarradas hacia atrás, por supuesto; le ordenaba al piloto volar a unos veinte o treinta metros por encima del río, siguiendo el curso del mismo… entonces les gritaba: ¿VAN A CANTAR AHORA, HIJOS DE LAS MIL PUTAS? O LES DOY UN CURSO ACELERADO DE VUELO DE PÁJARO… La mayoría no sabía nada de nada, herrrmano…. No sabes cómo era el miedo expresado en su rostro… muchos literalmente se cagaban y meaban en el pantalón de miedo hermano… Y empezaba el cabrón: BUENO, YA QUE NADIE SABE NADA, A VOLAR SE HA DICHO… y los iban lanzando de uno en uno al río, mi hermano, apenas caía el primero, era una de gritos atroces pidiendo perdón y clamando inocencia… horrible cuñadito ¡Salud hermano! Una desagradable sensación de rabia y desasosiego se comenzó a apoderar de Fernando, que maldijo la puta hora en que terminó sentado en ese horrible lugar… volvió a recordar su pistola desabastecida, y de pronto lo invadió la incertidumbre acerca de la forma en que aquel sujeto pudiese reaccionar, si por ahí le soltaba una respuesta o comentario equivocado, en medio de esa delicada confesión…
¡TÚ NO SABES QUIÉN SOY YO, CAGÓN!, levantó la voz un borracho en la mesa vecina…En medio de su paranoia y total estado de crispación, Fernando pensó por un momento que se había dirigido a cualquiera de los dos, ( una bronca en este antro, pensó… sólo eso me faltaba… ) tranquilo cuñaao, no es con nosotros… ni siquiera los mires, lo tranquilizó el teniente… Y bueno, a veces herrrmano, sucedía que llegaba al cuartel una paisanita preguntando por su hijo… me traía unos quesitos, unas empanaditas y me pedía que la deje ver a su hijo que había sido detenido hacía dos días, para darle de comer… Entonces, yo llamaba al sargento y le decía: ¡ Domínguez! Lleva a la señora a ver ¿cómo se llama el muchacho, mamacha? Eleuterio Quispe, papaciiiito… y entonces el sargento, confundido, me llamaba a un costado para hablar: -Mi teniente, ese Quispe efectivamente estuvo aquí hace dos días… pero ya fue… ¿cómo que ya fue? ¿Dónde está? ¡Carajo! le decía… Al capitán del Solar se le pasó la mano con la zambullida, mi teniente… debe estar con los de la fosa que cavamos ayer… Y entonces mi herrrmano, hacer de tripas corazón, regresar y decirle a la paisanita: aquí no está, mamacha, tú hijo no ha sido detenido aquí…a lo mejor se ha fugado con los terrucos… y por supuesto, siempre lo negaban mi herrrmano, me suplicaban, se iban llorando con su atadito de comida… eso era tal vez lo más ingrato de todo para mi…
Fernando estaba en shock… No sabía si todo lo que decía Armendáriz era realmente cierto, o si simplemente lo estaba pulseando para medir su reacción y opinión… ¡Jodido! Es lo único que atino a comentar… y bebió un sorbo más del vaso de su cerveza… quería rehuir la mirada de esos ojillos de puma que implacablemente lo escudriñaban… pero tenía claro que eso sería lo peor… en el código de esas personas, podría interpretarse como una señal de debilidad, temor, hipocresía o falta de personalidad, y entonces con más decisión le sostenía la mirada, sin apenas pestañear…
Por eso es que pedí hace ocho meses mi cambio mi herrrmano… yo soy de Abancay, pero la familia de mi mujer es arequipeña, así que por eso me destacaron por acá… Cuando uno vuelve de zona de emergencia, hermano, se suelen presentar varias etapas en el aspecto psicológico del personal… La primera, es una paranoia jodida… caminaba por la calle todo el tiempo pensando que me seguían herrrmano… los terrucos son bien vengativos, y tienen infiltrados en las fuerzas armadas que les datean sobre el destino de los oficiales… tenía que tomar pastillas para dormir, y me acostaba con la nueve milímetros en la mano, cuñadiiito… siempre cambiaba de ruta para volver a mi casa, y antes de llegar a mi cuadra, me detenía para observar que no hubiera ningún baboso haciéndose el gil, como que estaba hueveando por el lugar, cuando en realidad podría estar haciéndome reglaje, y dar con el lugar exacto donde vivo… una noica jodida que no se la deseo a nadie mi broderrr ¡SALUD! Me imagino… me imagino, atinó a responder Fernando que se preguntaba ¿Qué hago yo chupando con este animal?
La segunda etapa herrmano, más o menos a los dos o tres meses que me establecí aquí, fue la “depre”… Horrible hermano, el arrepentimiento… me acordaba de las caras de todos esos infelices… el llanto de las paisanas mi broder… me despertaba sudando helado por las noches… No quería levantarme, ni comer… Hasta me entró la llorona broder… mi mujer estaba palteadaza… tienes que pedir ayuda médica Julio, me decía, esto no puede seguir así… no es vida.
Fernando ya no podía más de la impaciencia…. Quería salir corriendo de ese espantoso lugar… no ver más el rostro desagradable de su inopinado compañero de copas… miró su reloj: CHUUUCHA, compadrito, le dijo a Armendáriz, voy a llegar tarde a mi almuerzo familiar, me voy…. Cinco minutos mi hermano, espera… Chepiiiita, tráeme la cuenta, las cuatro que ya nos tomamos y una más, la del estribo… no, Julio, ya estoy retrasado compadrito, vámonos no más.. tranquilo, cinco minutos nomás y termino mi relato… es que lo peor de todo es que hay una tercera fase en toda esta MIEERRDA HERRMANO, levantó la voz y golpeó fuertemente la mesa…( ‘se jodió todo’, pensó Fernando, y en segundos preparó imaginariamente un plan en caso que se ponga agresivo el militar… agarro firme su vaso, le lanzo el vaso con cerveza y todo en la cara, luego me levanto, le aplico un par de silletazos, su patada en las costillas y salgo corriendo del lugar, pensó…)
Sobrevino una pausa invivible… justo Chepita le trajo el vuelto de la cuenta y la última cerveza estaba casi vacía… ¿Sabes que es lo peor de todo, mi herrmano? Y te lo cuento a ti, porque me pareces un pata inteligente y digno de confiar… y no me digas que no ah… ya he aprendido a conocer a la gente en medio de esa jungla infecta herrrmano… y si alguna vez alguien te está molestando o jodiendo más de la cuenta… me avisas, yo tengo mis tigres fieles a muerte, y le damos vuelta no más… gracias Julito, pero no habrá necesidad mi hermano y gracias por la confianza que has depositado en mi… ( le salió de manual de cortesía, porque estaba claro que no tenía intenciones de volver a intimar con él…) Aquí termino mi herrmano… como te decía, luego de la “noica” y la “ depre” o “sentimiento de culpa” viene lo peor… y en esas estoy… la verdad, hermano, es que me muero de ganas por volver… ya no me adapto a la vida civil… me aburro miserablemente; no sé cómo decírselo a mi esposa… no aguanto la tranquilidad de la casa, los juegos de mis hijos, el trabajo de oficina en el cuartel… ese ya no es mi lugar… estoy quemado. Quería tomarme estas chelas contigo y de paso entregarte el lunes, las últimas cuatro cajas que te he podido conseguir. El martes sale mi cambio y regreso a Ayacucho, mi herrmano… necesito de la adrenalina del combate y de la acción…
En el largo camino de regreso a casa, Fernando no podía dejar de pensar en esa reciente conversación… mientras escuchaba Unforgiven de Metallica, reflexionó acerca de las decenas o cientos de Armendáriz echados a perder para siempre, e inhabilitados para la convivencia social… extraviados en el laberinto del adoctrinamiento militar, la violencia y los traumas. Sólo servían para convivir con el vértigo y la inmundicia de la violencia irracional… ¿Cuántos Eleuterios Quispe habrían sido brutal e inútilmente asesinados? ¿Cuántas mamachas habrán sufrido en silencio la pérdida de sus esposos e hijos, masacrados brutalmente por los terroristas o el ejército? Porque de eso se trataba finalmente… no había opción, si apoyabas a unos te mataban los otros y no tenías una tercera elección… se preguntó acerca de esa ideología trasnochada, brutal y dogmática, que pervirtió las mentes de miles de compatriotas, empujándolos por la senda del crimen alevoso, el rencor, la anarquía y la destrucción… más de veinte mil muertos sería un estimado conservador de esa guerra fratricida que hundió a su patria, en el atraso, la desesperanza y la polarización…
Pero el desencanto en medio de esa reflexión, se acrecentaba porque sentía que había algo que no había procesado de su reciente conversación… y decidió recapitular, acerca de la breve y extraña vinculación con Armendáriz… y para su sorpresa, comprendió que después de todo, había sido la primera vez en su vida, en la que le había resultado favorable el saldo de una relación interpersonal… Le había suministrado, a precio de regalo, ingente cantidad de munición que le permitió por varios meses practicar su pasión del momento, ganar dinero con ello, y hasta sirvió para finalmente propinarle una humillante paliza al pobre teniente, nada menos que delante de su personal… Había recibido regalos, como la vaina de bronce, las granadas, una galonera metálica, cantimploras y cacerinas de pistola browning… se había ofrecido a presentarle a Romina Muhlethaler, y claro que sabía quién era, aunque no se lo dijo cuando la mencionó… Romina Muhlethaler era el arquetipo del sueño erótico de una noche de verano ¿Qué amigo, amiga, o conocidos suyos, se había ofrecido a presentarle a una Romina alguna vez…? ¡NADIE! Pensó… y las que había conocido, lo hizo por su cuenta y riesgo, venciendo su timidez natural y poniendo al límite de tolerancia su orgullo descomunal ¿Qué había obtenido Armendáriz de él? NADA de NADA… El teniente, buscó desde un principio su amistad, y en cambio él, se encargó desde el inicio de levantar una sólida barrera de simple y distante cordialidad… A lo mejor, todo este tiempo tratando de exorcizar los demonios que lo consumían, simplemente no encontraba con quién conversar… A lo mejor el aplomo y convicción con la que exponía sus ideas lo convenció que era la persona apropiada para hacerse aconsejar ¿Y si el desafío de tiro de combate, con su respectiva apuesta, aparte de la intención de demostrar su habilidad con las armas, hubiera sido un buen pretexto para sincerarse, abrir su corazón y hacerse escuchar y aconsejar…? Seguro que Armendáriz sólo intento ser amable y complacerlo… no se podía pensar qué lo llevó a aquel horrible lugar con la intención de hacerlo sentir mal… después de todo era su mundo, lo que conocía, su música favorita… trató de recrear un escenario ideal para poderse expresar. Y mientras el teniente buscaba ganar su confianza y estrechar el vínculo, él había puesto en marcha su cronómetro, esperando que el tiempo transcurra lo más pronto posible para huir de aquel lugar…
Lo había juzgado, sentenciado y acaso olvidado, mucho antes de escuchar el relato dramático de su experiencia personal… para él, siempre se trató de un simple y vulgar proveedor… lo había utilizado para sus fines y mejores propósitos, le había dado la espalda tal vez cuando más lo necesitaba… y es que cuando le comunicó su decisión de regresar a la zona de emergencia, ni siquiera fue capaz de tratar de hacerlo reflexionar, cosa que bien pudo haber conseguido, si su egoísmo y afán por escapar de esa situación no lo hubieran bloqueado al punto de no poder concederle unos diez minutos más. Menos tiempo que esos diez minutos necesitó unos años atrás su padre, con una exposición demoledoramente lógica y conceptual para hacerlo desistir de postular a la fuerza área, lo que no pudo conseguir su propia madre con mucho más influencia sobre él, y con su angustia y preocupación: “¿ tú quieres ser piloto, o ser militar? Así comenzaría su exposición, para llegar al punto de convencerlo, que aunque sin duda hubiera dado la talla como piloto de combate, lo suyo de ningún modo era la vida militar…
Finalmente, y como si no fuera suficiente, un valioso consejo para toda la vida le debería por siempre al militar: “Herrrmano, acuérdate ah… La duda siempre es NO ¡Siempre! Es lo primero que nos enseñan en el curso de estrategia militar… Una forma sencilla de explicar, que ante la duda, la decisión necesariamente debe ser de carácter negativo… si no se tiene verdadera convicción, no aceptar, no confiar, no actuar, no creer, no avanzar, no asistir, no involucrarse… ¿ Cuán valioso para el resto de su vida ese simple consejo habría de ser? Lo libró de intentos de fraude… de reales peligros para su vida, integridad y patrimonio, hasta para su estabilidad emocional… de estrepitosos e irrecuperables fracasos… y de no pocas y sin duda posiblemente dolorosas decepciones…
Gustavo Rozas Valz.
Feb 2,012.
Siempre me dejan boquiabierta tus historia reales...siempre...
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