Al
ver un reportaje sobre los suicidios que se producían anualmente desde el
puente Golden Gate, lo asocié inmediatamente a mi experiencia durante los nueve
años que viví frente al puente Villena de Miraflores (Lima-Perú), cinco de los
cuales fue frecuente escenario de muchísimos suicidios antes de que fuese
cercado por mamparas que de alguna manera lo impedían; digo 'de alguna manera'
porque hubo alguien que aun así consiguió treparlo.
Fue
tanto así, que algo tan terrible llegó hacerse cotidiano y poco relevante para
algunos vecinos que vivían allí más tiempo que yo. Quizás si hubiese vivido
allí más tiempo me sucedía lo mismo, no lo sé… al menos a mí siempre me causó
una sensación espantosa. Imaginaba que podía haber sido mi hermano, mi prima,
mi amiga, etc. Y la impotencia de ya no poder hacer nada y, de alguna manera,
sentirme culpable por mi despreocupación y mi indiferencia, y también, me
aterrorizaba la sola idea que, en el imprevisible e incierto futuro, nada
podría garantizar que no me viera yo en tan terrible situación como para
descartar tan dura decisión.
Las
primeras señales de que algo así había sucedido eran siempre las mismas:
sirenas encendidas, bomberos, policías y serenos acercándose por la bajada
Balta. Gente que se amontonaba en el puente… y sobre el camino de piedra… un
cadáver destrozado y un riachuelo de sangre siguiendo su cauce. Esa escena
llegó a repetirse por lo menos una vez por mes. Hubo algunas ocasiones
-generalmente durante el mes de diciembre- en que hubo hasta dos casos en el
mismo mes. Incluso luego de que el municipio ordenara cercar el puente -como lo
menciono líneas arriba- un ciudadano español que trabajaba en un circo logró
trepar el armazón de las mamparas y los arcos y se lanzó.
Nunca
imaginé que me tocaría convivir con tanto suicidio ni que hubiese tanto dolor a
escasos metros de donde yo plácidamente dormía. Siendo muy considerable la
cantidad de personas que vi morir de esa -particularmente dolorosa y triste-
manera (hubo incluso un amigo que se suicidó arrojándose desde el último piso
de un edificio que quedaba a escasos metros del puente) pude distinguir con
claridad hasta tres tipos de desafortunados: los amados, los medianamente
queridos y los apestados (estos últimos, en realidad, hacía ya tiempo que habían
muerto para los demás)… clasificación personal -y arbitraria por cierto- a la
que llegué basado principalmente en la reacción que esas muertes ocasionaban en
los demás.
Recordemos
que, de acuerdo a las leyes del Perú, ningún cadáver puede ser levantado sin la
presencia ni la autorización expresa de un fiscal, el cual -o los cuales-
suelen tener la insensible costumbre de demorar horas en hacerse presentes y,
es justamente durante ese tiempo, en que se puede deducir qué tan querido o
importante fue para otras personas el desafortunado. En algunos casos, los más
desgarradores, se veía llegar a los padres, a los hijos y a otros familiares o
amigos por diferentes medios y hasta corriendo, quienes protagonizaban escenas
de indescriptible dolor y horror… esos eran los ‘amados’. En otras ocasiones,
aparecían algunas pocas personas que se acercaban al cadáver, lo observaban,
hacían algunas señales de negación con la cabeza, se colocaban las manos a la
cintura, se persignaban y en actitud serena y resignada esperaban el
levantamiento… esos eran los ‘medianamente queridos’. Y finalmente, hubo otras
ocasiones (penosamente la mayoría) en que nadie acudía a ver o a reconocer
los cadáveres; simplemente llegaba la policía, los curiosos se iban yendo de a
pocos, y sólo un policía en actitud indiferente y como quien cuida un costal
esperaba a que llegase el fiscal y tiraban el cadáver en la tolva de una
camioneta y partían… esos eran los apestados, los parias, los excedentes
humanos, los que cuesta creer que alguna vez fueron ‘amados’ o ‘medianamente
queridos’.
MAURICIO
ROZAS VALZ
Mi querido Mau, si de eso sabré, mi sobrino más querido decidió suicidarse hace casi 10 años así que puedo entender perfectamente todo lo relacionado con algo tan triste.
ResponderEliminarWow :( muy triste todo eso Mauri, aunque todo es una cruda realidad, lamentablemente hay personas que acuden al suicidio antes que enfrentarse al más maldito problema, o quizás por hacerles frente esque llegan al punto de hacer eso ... igual siempre es lamentable y triste todo y lo que escribiste me hizo amar más la vida con o sin problemas .. es vida. Un abrazo Mauri :)
ResponderEliminarCalittha