Hoy, buscando emisoras en el
auto, capté una no muy popular que tocaba el tema: MADRID EN TECHNICOLOR. Y
como era inevitable, mi mente retrocedió algunas décadas (últimamente el pasado
me danza más de la cuenta, y no me refiero a los últimos diez o quince años, mi
mente se remonta más atrás). No sé si mi infelicidad me hace buscar
inconscientemente tiempos felices, o quizá no lo fueron tanto y es sólo mi
parecer… como diría el gran Jorge Manrique.
El asunto es que recordé a
mi pequeña amiga, la vi cambiar de gesto en lo mejor de nuestro frenético baile
cuando cambiaron de JUMP de Van Halen a
MADRID EN TECHNICOLOR. No fue difícil
para mí deducir que aquella canción le recordaba al maldito basquetbolista
argentino, sí, ese del que estuvo tan enamorada; tuve además que soplarme su gesto desencajado
hasta que termine la canción.
Muy molesto busqué a mi otra
amiga (que no era tan pequeña), quien se encontraba en esa misma fiesta a la
que no fui con ella, me recibió con
pucheros que yo cambié por sonrisas con un beso en la mejilla derecha; le
brillaban los ojitos, bailamos toda la noche. Mi pequeña amiga no tardó en
encontrar un reemplazo. Salimos todos juntos de esa inolvidable fiesta, todos
felices y contentos; al día siguiente fue domingo y fuimos todos en grupo al
cine El Portal. Nadie se había resentido, nadie hizo ningún reproche. De esto
hace ya veintisiete años.
Según sé, mi pequeña amiga
vive en Nueva York, mi otra amiga no tan pequeña en París, y bueno… yo en Lima.
Todos a sideral distancia de aquel lugar que, como los de entonces que fuimos,
tampoco ya existe.
MAURICIO ROZAS VALZ
Verano del 82. ocho de la noche entre mollendo y Mejía, luego de un divertido pero larguísimo viaje de casi " tres horas" en la camioneta de nuestro común amigo " candy", que con los mismos cambios abruptos como los de fiesta, en lugar de Jump, llegó precedida de Dragon Attack de Queen ( vaya rebaje de quinta a primera y sin punta y taco...). Treinta años ya... pero la nostalgia por la adolescencia es un espejismo, del que sólo se debe rescatar la fuerza vital que jamás vuelve a ser la misma... en el fondo, es una etapa muy difícil y de gran presión social para los jóvenes, en el proceso de encontrar su lugar en sus relaciones sociales de toda índole ( sobrevaloradas aún más en esa etapa ) y sobre todo con el sexo opuesto...
ResponderEliminarGustavo Rozas Valz.
Candy... el buen Candy... personaje de Dostoievesky
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