No estoy ahora en éste
lugar. Algo pasa en mi mente que me asusta. Camino por un lugar y mis ojos ven
otro camino. Escucho una voz y otra voz y no las entiendo. Mi mente escucha otras
voces, entiende otras cosas. Mi voz no contesta, y si contesta se calla sin
terminar. Respondo mentalmente preguntas imaginarias de seres imaginarios y en
lugares imaginarios. Sólo tengo la pantalla y el teclado. No entiendo que pasa.
Debo pararme de mi silla y el cuerpo no me obedece, mejor dicho, no quiere
obedecer mis órdenes -sus órdenes o las órdenes- no lo sé. Estoy aquí sentado. Debo pararme,
salir, actuar, decidir, pero no quiero... quiero quedarme acá. Luego partir
dejándolo todo, pasar a otra realidad. Quizás alguien me espera… quizás… creo,
no lo sé. Que reviente todo, que se acabe todo. Debemos dejar que la entropía
concluya su trabajo para comenzar de nuevo, si queremos, claro. Yo no sé si
quiero empezar de nuevo, tal vez, no lo sé… aunque ¿cómo sería eso de empezar
de nuevo? ¿No empieza todo cuando nacemos? Pero bueno, después de todo el mundo
marcha como tiene que marchar y aún queda mucho café, muchas cervezas, whiskys y
coca colas en el planeta esperando por
mí. Aún no leí los mejores libros ni escuché las más bellas melodías ni di los
más apasionados besos. Pensándolo bien, sí, me pararé de la silla, haré lo que
haya que hacer. Esta devoradora película ya se va tragando a miles de
personajes, quiero ver quien sigue.
MAURICIO ROZAS VALZ
La inexorable segunda ley de la termodinámica accionando inmisericorde en el plano emocional, vivencial...
ResponderEliminarGustavo Rozas Valz.
Y vaya que acciona en ese plano.
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