Al, se fue a vivir a París y
rentó una pequeña habitación con baño privado en el piso cinco de un viejo
edificio en el centro de la ciudad. La habitación medía aproximadamente veinte
metros cuadrados y tenía una pequeña ventana desde donde se podía ver La Torre
Eiffel y la luz del sol desde el amanecer hasta el mediodía. En realidad le
quedaba algo estrecha, porque a veces, cuando el lienzo era muy grande, tenía
dificultades para trabajar en su oficio de pintor. Hacia la cabecera de su
cama, había una puerta clausurada con tablones y clavos y masilla, la cual
cubrió como pudo con uno de sus cuadros.
Al, decidió dejar su natal Lima,
cansado ya de tanta crisis en su país y de que su arte no fuera reconocido,
además de vivir siempre al filo de la navaja malbarateando su arte. Era el
menor de tres hermanos y hasta que salió de su país, vivió en una sencilla -pero cómoda-
casa en las afueras de la ciudad con sus conservadores padres, quienes
siempre fueron muy cariñosos y atentos con él. Al, no estaba acostumbrado a
vivir solo y jamás había vivido en una ciudad como París… y mucho menos en un
espacio tan reducido e incómodo como esa estrecha habitación.
Pasaron algunos días en los
que Al estaba en pleno proceso de adaptación,
y una noche en que se encontraba leyendo en su cama, escuchó del otro
lado de la puerta clausurada -que había
detrás de la cabecera de su cama- a una
mujer que canturreaba con voz suave y femenina una canción que reconoció
inmediatamente, pues se trataba de ‘Mariposa Technicolor’ de Fito Páez, lo cual
llamó su atención y le alegró oír una voz hablando su idioma por primera vez
desde que llegara a esa ciudad. Sacó el cuadro que había colocado y acercó su
oreja para escuchar mejor a la mujer. Sólo escucho unos minutos más los
canturreos y luego algunas risas y conversaciones, al parecer por teléfono, ya
que no se escuchaba ninguna otra voz. Luego se cansó, colgó otra vez el cuadro
y se recostó para intentar dormir.
Al día siguiente, Al
despertó intrigado, quería averiguar de cualquier manera, quién era su
misteriosa vecina, pues pensó que nada podía ser mejor que hacerse amigo de una
vecina que hablara su mismo idioma y que además viviera sola, incluso se
ilusionó con enamorarse pronto y ya no estar solo en esa ciudad tan grande,
indiferente y misteriosa.
Inmediatamente se duchó y se
vistió para salir a husmear por el edificio y ubicar la puerta vecina, pero de
pronto, mientras se vestía, recordó que su puerta era la última del pasillo, y
tomando en cuenta que la cabecera de su cama daba a la pared izquierda mirando
desde la puerta, ya no había más a dónde caminar, pues la pared final del
pasillo estaba también para el mismo lado de la cabecera de la cama. Salió
entonces apurado para verificar lo que pensaba, y sí, en efecto era como él lo
pensó. Bajó entonces por las escaleras y preguntó desconcertado al conserje del
edificio, cómo así tenía una puerta clausurada en su habitación que no tenía
acceso por el mismo edificio. El portero solo hablaba francés y era muy
malhumorado, le hizo unos ademanes groseros y se puso a barrer los pasillos
pasando la escoba por sus pies en señal de hostilidad.
Al salió a caminar por su
calle y se percató, por la arquitectura, que se trataba de un solo edificio que
ocupaba toda la manzana, que había puertas de ingreso cada cierto metraje y que
todas las ventanas, cornisas, columnas y balcones, era del mismo diseño, y que
solo variaba el grado de conservación de algunas ventanas y balcones respecto
de otras. Regresó a casa y continuó con su metódico trabajo de pintor y así, se
la pasó todo el día hasta que llegó la noche. Mientras daba unas últimas
pinceladas antes de acostarse, volvió a escuchar la voz de su misteriosa vecina,
quien esta vez, al parecer hablaba con un gato, pues se escuchaba también unos
maullidos que se intercalaban con unos aplausos y la voz de la mujer. Luego
escuchó el sonido de un televisor prendido y no volvió a oír nada hasta
quedarse dormido.
Al día siguiente, salió por
la mañana a caminar e intentó ingresar por la puerta que estaba a unos pocos
metros de la puerta del edificio donde él vivía, encontrándose con un viejo que
le preguntó en francés a quién buscaba, y como no supo responder con rapidez,
este lo sacó casi a empellones. Caminó otra vez dando la vuelta a toda la
manzana… y ya cansado de ver tantas puertas iguales, regresó a su habitación a
seguir trabajando y esperar la noche para escuchar otra vez a su vecina.
Se hizo de noche y a la hora
de siempre (10 pm aprox.), llegó la
mujer y su ritual de siempre: canturreos de rock en español, una conversación -al
parecer por teléfono- algunas risotadas, conversaciones con un gato, maullidos
y finalmente el sonido de la TV.
Ya cansado de ver la forma
de ubicarla… y estando tan cerca de ella, decidió escribir una breve nota y
meterla por el pequeño espacio que aún había bajo la puerta clausurada.
La nota fue así:
Hola desconocida,
Disculpa que me tome la libertad
de hacer esto, pero hace días que te escucho y he podido notar que hablas
español. Al comienzo pensé que eras argentina, pero luego noté que no. Mi
nombre es Al, soy peruano, tengo 33
años, soy pintor y estoy poco tiempo en París.
Tú, ¿de qué país eres? ¿Eres
soltera? ¿Podemos ser amigos?
Bueno, si esto te parece un
atrevimiento, disculpa, no me contestes y listo, no volveré a molestar. No será
necesario que presentes una queja al edificio.
Saludos
Al día siguiente al
despertar, lo primero que hizo Al, fue mirar debajo de su cama para ver si hubo
respuesta de su nota… y grande fue su sorpresa cuando encontró una nota de
retorno en un papel amarillo doblado en dos.
La respuesta decía así:
Hola Al
No tienes que preocuparte, en
estos edificios estamos todos acostumbrados a que se escuche toda nuestra vida,
tanto así que a ya nadie le importa porque no hay ningún misterio. Mi nombre es
Domenica, soy mexicana y trabajo en la Cruz Roja. Tengo 24 años y también soy
soltera.
Bienvenido a París
La nota de respuesta
entusiasmó mucho a Al, quien inmediatamente escribió otra vez, pero ya no una
simple nota, sino una breve carta:
Hola Doménica
Ante todo, muchas gracias por tu
pronta respuesta; te confieso que en algún momento temí que reaccionaras mal o
que simplemente no me contestarías.
Qué gusto saber que trabajas en la
Cruz Roja, eso habla muy bien de ti. Espero nos podamos conocer pronto ¿me
puedes dar tu número de teléfono? Puedo llamarte ¿no?
Ah… pero antes una pregunta: ¿cómo
hago para llegar a tu habitación? No hay pasillos que nos comuniquen, pero sin
embargo hay esta puerta. No entiendo nada ¿cómo es esto?
Te un bonito día.
Al
Esta vez la respuesta sí se
hizo esperar un día. Recién a la mañana siguiente, Al recibió la respuesta:
Hola Al
La verdad es que yo tampoco
entiendo cómo están distribuidos estos edificios. Según me cuentan, este fue
originalmente un solo edificio muy grande que fue semidestruido en la segunda
guerra mundial y luego fue ocupado y subdividido en total desorden y sin ningún
criterio: cerraron pasillos, abrieron otros, los apartamentos los dividieron
hasta en cinco o seis y es más ¿tienes
baño privado? Te pregunto porque hay muchos que hasta comparten.
Bueno, en cuanto a la posibilidad
de conocernos y de darte mi número, no hay problema, pero creo que es muy
pronto, prefiero que nos conozcamos un poco más por este medio epistolar ¿te
parece?
Que estés bien.
Beso.
Domenica (mi nombre es italiano y no lleva tilde)
Al, quedó un poco confundido
con la respuesta de Domenica y decidió
esperar a la noche para intentar hablar con ella –no importa- a través de la
puerta.
Llegó la noche, y al sentir
nuevamente la voz y los ruidos característicos que anunciaban la llegada de
Domenica, Al decidió golpear la puerta e intentar iniciar una conversación
levantando un poco la voz:
-
-- Domenicaaaaa… hola, soy Al, ¿cómo estás? Oye,
muchas gracias por tu respuesta, en verdad me encantaría conocerte. ¿Domenica?
¿Estás por ahí?
La respuesta no se hizo
esperar, pero no como él pensaba. De pronto, mientras tenía oreja pegada a la
puerta, vio deslizarse por debajo una nota, como siempre en una hoja tipo
carta, rayada, en papel amarillo y doblada en dos. Inmediatamente la abrió y la
nota decía:
Al
No te molestes, pero me extraña
que un artista como tú, sea tan torpe y apresurado. Poco más y querrás tumbar
la puerta y de frente dormir conmigo; pues no pretendo pegarla de mojigata ni
mucho menos quisiera que no me vuelvas a escribir, para nada; pero creo que
tiene mucho más gracia si vamos más despacio ¿te parece?
Bueno, con tu permiso, ahora tengo
que dar de comer a Chiara (mi gata), y luego también cenaré yo y de ahí me voy
a dormir porque mañana me tengo que levantar temprano.
Que descanses
Beso
Domenica
Al, se avergonzó al leer la
nota, se dio a sí mismo un golpe en la frente y lamentó su torpeza. Se relajó
pintando durante una hora más y se fue a dormir.
Al día siguiente, le tomó
trabajo resistirse a la tentación de volver a enviar una nota a Domenica, pues
pensó que sería sensato esperar unos días para no intimidarla, y así lo hizo.
Pasó una semana en la que, como siempre, Al dejaba de hacer lo que estaba haciendo
para escucharla hasta que prendiera la TV, para luego disponerse también él a
dormir.
El lunes posterior a la
semana –y dos días- que se tomó Al para escribir a Domenica, se
iniciaría entre ellos una relación exclusivamente epistolar, que llenaría sus
respectivos veladores de papeles amarillos en el caso de él y blancos en el
caso de ella.
Esta vez las cartas serían
fechadas. La primera fue de Al hacia Domenica, dando inicio a un fluido intercambio:
14 de enero de 2013
Hola Domenica
Ante todo, discúlpame por la
torpeza de la vez pasada; ese detalle de golpearte la puerta fue más que
desatinado. No te preocupes, no volverá a suceder.
Ahora, cuéntame de ti, tengo mucha
curiosidad por conocerte, por saber algo más de tu misteriosa vida. Quiero que
me cuentes lo que te provoque contar, no te haré preguntas para no caer pesado
ni que parezca interrogatorio, pues no es esa mi intención, simple curiosidad
literaria… que le dicen. No soy escritor, pero sí me gusta leer mucho, sobre
todo novelas de amores tortuosos con desenlaces trágicos y tramas sórdidas,
también me gustan los poemas y el cine. ¿A ti también te gusta leer y ver
películas?
Pero bueno, creo que lo justo,
antes de que me cuentes nada, es contarte algo de mí, como muestra de mi
espontánea confianza hacia ti:
Nací en Lima-Perú, un 2 de setiembre
de 1979, en un hogar muy conservador de clase media católica. Mis padres aún
viven juntos allá, mi hermano mayor se fue a vivir a la Argentina y mi hermana
–la segunda- murió dando a luz a los 15 años, cuando yo tenía 13. De eso han
pasado ya 20 años y aún me duele en el alma, pero ya no quiero hablar de eso.
Bueno, ya te conté algo de mí.
Espero te encuentres bien
Besos
Al
16 de enero de 2013
Hola Al
Primero que todo, quería decirte
que me gustó mucho que, sin conocerme, de pronto tengas esa confianza para
contarme cosas tan personales. Qué tristeza lo de tu hermana, prometo no
tocarte ese tema si no lo tocas tú primero.
Yo nací en Guadalajara, un 4 de
setiembre de 1988, también en un hogar conservador de clase media católica como
tú; no obstante, dejé de ser católica como a los 14 años y no tomé ninguna
religión. Me caen muy mal los curas ¿sabes? Y pues las monjas también, creo que
la mayoría son muy hipócritas, pero bueno, quizás estoy metiendo la pata porque
aún no te pregunté si tú sigues siendo católico; si así fuera, espero esto no
te decepcione de mí, yo respeto todas las creencias.
Mi madre murió hace sólo un año y
mi padre aún vive en Guadalajara con mi hermano menor que solo tiene 16.
Bueno, ya te conté algo de mí también.
Espero te encuentres bien.
Ten un buen día
Beso
Domenica
18 de enero de 2013
Hola Domenica
Y bueno, no sé por dónde comenzar.
Siento mucho lo de tu madre, ha pasado poco tiempo y aún te debe doler mucho,
aunque esas cosas en realidad no se superan nunca, sólo se aprende a convivir
con ellas.
Yo pinto desde que estaba en
secundaria, en mi familia hay algunos artistas y siempre me gustaron mucho las
artes plásticas. Mi padre inicialmente no quiso que fuera pintor, pero no por
prejuicioso, para nada, sólo porque pensaba que ser pintor en el Perú, era
garantía de pobreza segura… y vaya que no se equivocaba del todo.
En fin, bueno, basta de cosas
tristes. ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu trabajo? ¿Queda Cerca? ¿Desde cuándo en
París? (Uhmm… creo que te estoy haciendo muchas preguntas).
¿Sabes? Sé que suena apresurado –y
de hecho lo es- pero empiezo a sentir algo por ti. Puedo sentir tus pulsaciones
al pasar el bolígrafo sobre el papel y creo escuchar tu voz hablándome mientras
leo lo que escribes. Tu físico se me hace todo un misterio que cada día me
impacienta más develar. A veces te imagino de pelo oscuro y piel canela, a
veces rubia y de piel dorada, a veces alta, otras no, etc. Pero tu voz me gusta
mucho y tu caligrafía también. No te pediré una foto porque creo adivinar tu
respuesta: “no tan rápido” ¿me equivoco?
Bueno, ten un bonito día
Espero tu próxima carta
Muchos besos
Al
25 de enero de 2013
Hola Al
No hay problema con las preguntas,
te las puedo responder todas: Estoy bien… bueno, más o menos, tengo algunos
problemas en el trabajo y además llevo una tristeza casi perenne, pero en fin,
eso ya forma parte de mí y podría llamarse ‘estar bien’. Mi trabajo me gusta
mucho, pero a veces es agotador porque tienes que ver cosas terribles, mucho
dolor, gente herida, mutilada, carbonizada, incluso niños… es terrible. Al
comienzo pensé que me acostumbraría, pero no, es imposible, pero ¿sabes? Ya no
podría salir de esto, sentiría que estoy defraudando a quienes esperan ser
atendidos, me entiendes ¿no? Las oficinas me quedan relativamente cerca, pero
eso tiene muy poco que ver ya que, de pronto llaman de algún lugar equis, y
tengo que ir hacia allá con lo que tenga puesto. Y respondiendo a tu última
pregunta: estoy en París desde casi un año, me llamaron a los pocos días de la
muerte de mamá.
Muy bonito lo que me dices en
cuanto a lo que empiezas a sentir por mí, yo era (o sigo siendo) tan romántica
como al parecer lo eres tú, pero por mi trabajo tan lleno de cosas duras y
algunas malas experiencias, he aprendido a ir despacio, a no apresurarme, pero
me encanta que me digas todo eso, en verdad me gusta, no te reprimas, sólo que
no te molestes si quizá no te respondo como quisieras.
En cuanto a la foto, pues sí,
adivinaste, es muy pronto, y de todas esas posibilidades que enumeras en cuanto
a mi físico, pues solo aciertas en una… pero no te diré en cual. Ya sabes, ve
con calma… jajaja.
Te un bonito día
Besos
Domenica
29 de enero de 2013
Hola Domenica
Espero te encuentres bien. Tuve
muchas ganas de escribirte apenas recibí tu carta, pero me dio la impresión que
eres muy independiente y no quiero agobiarte. Qué noble oficio el tuyo, no
sabes cuánto te admiro por eso, y gracias también por la confianza de contarme
todas esas cosas tan personales. Me temo que muy pronto todas esas penas -y ese
dolor que te embarga- irán disminuyendo, si me permites hacer algo al respecto,
claro.
Te extrañé mucho y todos estos
días estuve pensando mucho en ti. Siempre, al salir de casa y cuando camino por
este barrio, me quedo observando a cuanta muchacha bonita con tipo latino pasa,
tratando de adivinar si una de ellas eres tú; les busco la mirada para ver si
se ponen nerviosas, incluso en una oportunidad, una de ellas –que era muy
linda- se me quedó mirando intrigada y casi
pronuncié tu nombre para ver si se delataba.
En fin, hasta antes de que
empezara esto –que jamás pensé que sucedería-
no creía en estas cosas, pensé que eran cosas de novela y que el amor
solo puede darse en encuentros personales y con una dosis importante de química
sexual. Pues veo que no, aunque ya sé que pensarás que son cosas que pasan en
mi mente de artista y que la realidad suele ser menos en verso y más en prosa.
Me extraña un poco, dado que me percaté que somos del mismo signo. No te lo comenté
antes, pero yo sí creo que hay rasgos de la personalidad que son afines en los
signos… y es más, no te creo del todo (no te molestes), cuando proyectas esa
personalidad tan racional, sí, en verdad no te creo, eres tan soñadora como yo
y esa actitud tuya no es otra cosa que un mecanismo de autoprotección para no
salir herida. Sí, es eso (no te enojes).
Bueno, no te molesto más.
Te una bonita semana.
Te quiero (lo dije y ya).
Al
1 de febrero de 2013
Hola Al
¿Cómo estás? No sé por qué piensas
que podría enojarme de lo que dices y de que me hagas preguntas, es que parezco
un ogro ¿o qué? (Broma). Pues para nada, y sí, tienes razón en lo que dices,
siempre seré muy romántica y no es tampoco que me hayan sucedido cosas
terribles en el amor, creo que lo normal, lo que nos sucede a todos. De ninguna
manera me andaría quejando ni haciéndome la muy sufrida, sino que intento
mantener cierto control de las emociones, aunque ¿sabes? Eso es imposible, no
manejamos nada ni tenemos el control de nada, pero bueno, de todas maneras
pienso que es mejor ir despacio, todo lo que se fuerza o se apresura suele
salir mal ¿no crees?
Y bueno, para que estés tranquilo,
te cuento que yo también suelo pensar en ti e imagino cómo serás físicamente y,
al igual que tú, algunas veces al caminar por las calles aledañas, trato de
adivinar cuál de los hombres de aproximadamente tu edad, eres tú. También a
veces te imagino muy moreno y alto, a veces güero y gordito, (jaja), etcétera.
Pero bueno, todo será en su momento ¿no crees?
Bueno, con tu permiso, tengo que
dar de comer a mi gata y luego tengo también cenar yo. Mañana viajo a Turquía
por una semana y tengo que coordinar con don Guy (el portero) para dejarle las
llaves y la comida de mi adorada Chiara.
Te escribo a mi regreso
Que estés bien
Beso
Domenica
1 de febrero de 2013
Hola Domenica
Disculpa que te responda tan
rápido, te escribí apenas vi tu carta deslizarse bajo la puerta. Así que te vas
mañana a Turquía. Bueno, quería desearte buen viaje y que todo te salga bien.
Ojalá esta vez no tengas que ver cosas tan terribles y que estos días pasen
rápido, pues los contaré hasta tu regreso.
Avisa apenas llegues, que te
estaré esperando
Te quiero
Al
9 de febrero de 2013
Hola Al
La verdad es que llegué la noche
de ayer, pero estaba muy agotada y regresé con influenza, así que tomé algunos
medicamentos muy fuertes que me tienen medio atontada y duermo todo el día. El
viaje fue horrible, pero bueno, ya te contaré con calma y por ahora seguiré
durmiendo que se me cierran los ojos.
Besos
Domenica
12 de febrero de 2013
Hola Al
Nuevamente yo; ya estoy totalmente
recuperada y, como quedamos, te contaré un poco lo que fue este espantoso viaje
a Sanliurfa (frontera de Turquía con
Siria). No bien llegué, y el trato de los propios guardias y soldados a lo
largo de todo el viaje, fue muy hostil con nosotros; nos trataron muy mal y
cada que tienen que revisar nuestros pasaportes, nos miran como a delincuentes.
Yo siempre presento mi pasaporte italiano (mi abuelo materno era italiano y
tengo doble nacionalidad), porque a mis colegas mexicanos -y latinos en
general- los tratan incluso peor.
En fin, eso es lo de menos, lo
peor es todo lo que tuve que ver apenas llegué a la zona de frontera; solo
podías distinguir niños de adultos por los tamaños de los cadáveres
carbonizados y amontonados como si fuera basura, terrible: niños sin piernas,
sin brazos, sangre, dolor y más dolor. Algún día, si llegamos a conocernos, te
contaré poco a poco estas cosas, ya que solamente con lo que estoy escribiendo,
me empieza a temblar el cuerpo y me vienen a la mente todas estas imágenes y es
algo que me desgasta emocionalmente. Me deja devastada.
Y bueno, Al, perdóname por
contarte todas estas cosas. Imagino que tú esperabas otra cosa luego de tantos
días.
Muchas gracias por estar ahí…
bueno, la verdad que te eché de menos.
Besos
Domenica
13 de febrero de 2013
Hola Domenica
Espero estés más tranquila. Qué
terrible lo que me cuentas. En verdad me dejaste espantado, si sólo de ver de
vez en cuando esas imágenes por TV o la web, lo dejan a uno perturbado, como
será ver eso en persona y oír los gritos de dolor y horror de esa pobre gente.
Anoche estuve pensando en esto que
está sucediendo, es decir, este intercambio epistolar contigo, las historias
que me cuentas y todo… y me parece digno de una película, o quizás sea mi
tendencia a encontrarle novela a todo, no lo sé.
Además de haber empezado a
quererte hace ya algunos días, desde que leí tu última carta he empezado a
admirarte.
Me gustaría conocerte pronto
¿crees que debería pasar más tiempo?
Bueno, me despido
Te quiero, besos
Al
13 de febrero de 2013
Hola Al
Gracias por todo lo que dices de
mí, pero la verdad es que no creo ser particularmente admirable, me considero
una persona normal, una común mortal que solo hace su trabajo. Quizás es porque
–de alguna manera- te estás ilusionando conmigo, y tú sabes que eso hace
idealizar a las personas. No me conoces bien. Yo también te quiero, pero aún no
podemos hablar de amor ¿no te parece? Bueno, qué pesada ¿no? Siempre con mi
dosis odiosa de realismo desgarrador, pero tampoco creas que tanto, también
sigo ilusionándome, pero inmediatamente después aterrizo.
En cuanto a conocernos, de hecho
que es una posibilidad, pero no sé qué tan conveniente sería que fuera pronto,
pues en un par de semanas debo viajar a la Franja de Gaza y tendré que quedarme
cerca un mes, preferiría que sea a mi regreso. Perdóname, no pienses que no
quiero conocerte, pero créeme que tengo razones suficientes para pensar que
sería más conveniente conocernos luego de ese viaje.
Espero esto no te desilusione y no
cortes esta comunicación, me daría mucha tristeza.
Muchos besos
Domenica
14 de febrero de 2013
Hola Domenica
¡Feliz día del amor! Bueno, no
somos novios, pero igual se me antoja pensar que es así y me tomo la libertad
de creer que pronto será posible. Hoy desperté pensando en ti y lo primero que
hice fue escribirte y desearte un lindo día. Aquí te adjunto la foto de una
rosa azul que arranqué de una revista que encontré por ahí, espero te guste.
Lamentablemente no puedo hacer más dadas las circunstancias.
En cuanto a lo que me dices del
plazo para conocernos, pues ni qué hacerle. Tampoco me gusta presionar ni forzar
las cosas. Será cuando tenga que ser, aunque te confieso que la sola idea de
esperarte por un mes, se me hace una eternidad, más aun sabiendo el trabajo que
tienes. Pero bueno, ya pensaremos en eso cuando llegue el momento, por lo
pronto estoy feliz de volver a leer tus cartas y de escribir otras para ti.
Te quiero cada día más
Besos
Al
14 de febrero de 2013
Hola Al
Muchas gracias por el saludo.
Feliz día del amor también para ti. La rosa está preciosa, en verdad me gustó
mucho el detalle, se nota que eres un artista, sólo hombres como tú pueden
saber el significado que las flores pueden tener en una mujer, y las mujeres
sensibles nos damos cuenta cuando una flor va con sentimiento y cuando solo va
como requisito de alguien que quiere llevarnos a la cama.
Ten un lindo día, yo saldré con
mis colegas del trabajo a beber unos vinos por ahí y regresaré un poco tarde.
Yo también te quiero
Beso
Domenica
22 de febrero de 2013
Hola Domenica
¿Cómo estás? Te escribo recién
porque te cuento que de pronto me salió un breve viaje por tren a Bretaña. Me
invitaron unos amigos a pasar unos pocos días. La verdad que era la primera vez
que salía de París desde que llegué. El viaje en tren es maravilloso, unos
paisajes preciosos.
¿Cuándo viajas? Cuando pienso en
eso me da mucha tristeza, pero bueno, el tiempo no perdona. No veo el día en
que al fin pase todo eso y estés de vuelta para poder conocerte. Nunca antes
sentí tanta ansiedad y mucho menos pensé que una simple puerta de madera
clausurada con tablones y clavos, tuviera tanto poder de separación. En fin.
Espero estés bien
Te extrañé mucho
Al
27 de Febrero de 2013
Hola Al
Te cuento que mi vuelo sale en
tres horas. En veinte minutos me recogerán para llevarme al aeropuerto. ¿Sabes?
No me gustan las despedidas, me ponen muy triste. No lo tomes a mal, pero esta
es quizá la carta más breve que recibirás de mí. Ya hablamos a mi retorno.
Deslizo esta carta a estas horas
de la madrugada y adrede, ya que debes estar durmiendo y cuando la leas ya
estaré en pleno vuelo. Te lo repito ‘no me gustan las despedidas’.
Te extrañaré, besos
Domenica
30 de marzo de 2013
Hola Domenica
Desde el día de tu carta de
despedida, hace poco más de un mes, nunca dejé de escuchar los maullidos de
Chiara ni el sonido de la TV por las noches. Siempre a la misma hora (10.00
pm), puntualmente sentía el crujido de la puerta, unos pasos, los maullidos, el
ruido de la TV por unos momentos y luego silencio. Imagino que sería don Guy,
pero dudo que le hayas dado permiso para que prenda tu TV, e incluso debo
suponer que se echa en tu cama. En fin, eso no es importante, lo que me
preocupa es que no sé nada de ti ni tengo a quien preguntar. Me tienes muy
preocupado.
Soy consciente que esta carta solo
atravesará la puerta y más nada, que la única manera de que la leas es que
estés de retorno. Pero pensé que quizás don Guy sabe algo más de tu vida y
conoce algunos amigos tuyos.
En fin, esto empieza a angustiarme
Beso
Al
3 de abril de 2013
Hola Domenica
La verdad es que ahora sí que me
he preocupado mucho. Anoche toqué muchas puertas vecinas y pregunté por don
Guy, me contaron que había salido de vacaciones por un mes y que lo reemplazaba
otro señor, pues lo busqué y me dijo que se llamaba Pierre y que no sabía nada,
y que nunca daba razón de nada a nadie que no conociera.
En fin, entre porteros y vecinos
hostiles, más los pasos y los maullidos al otro lado de la puerta, me estoy
volviendo loco.
Ojalá tenga pronto noticias de ti.
Te quiero
Al
29 de abril de 2013
Hola Domenica
Esta situación me está destruyendo
la vida. Todos los días sueño con una contestación tuya y al despertar no
encuentro nada. Ya ha pasado más de dos meses desde que partiste y en principio
me dijiste que este viaje era de ‘casi’ un mes, ni siquiera de un mes completo.
Estoy con el alma destrozada, ya
ni siquiera puedo pintar y todos los días, al llegar las 10 pm, al oír el
crujido de la puerta y los maullidos de Chiara, pienso que eres tú y se me sale
el corazón por la boca; luego, cuando se apaga la TV y vuelve el silencio, la sensación
de frustración es espantosa.
Hoy llamé por teléfono a la Cruz
Roja preguntando por Domenica, incluso di como referencia la Franja de Gaza, y
me respondieron que trabajaban con miles de personas y que si no les daba el
apellido, no tenían como ayudarme.
Si mañana no encuentro una
contestación tuya a esta carta, pues inmediatamente iré al mercado a comprar un
hacha y derrumbaré esta puerta; esperare a las 10 pm hasta que lleguen esos
pasos perturbadores, pero antes, rebuscaré toda la habitación en busca de alguna
pista que me lleve hacia ti, no importa si para eso tenga que atravesar miles
de kilómetros caminando. El mundo se hará pequeño para encontrarte.
Te voy a encontrar, Domenica, de
eso puedes estar segura.
Te quiero
Al
MAURICIO ROZAS VALZ
MAURICIO ROZAS VALZ
Hola Mauricio,
ResponderEliminarMe gustó la historia, y la manera en la que se desarrolla, qué lástima que hoy día no se usen las cartas para conquistar, el toque tan personal que llevan por el simple hecho de hacerlas con tu puño y letra... no hay tecnología que las sustituya...! y la opción que nos dejas de darle un final perfecto o trágico según los gustos de cada quien, prefiero darle el final romántico, de que al derribar la puerta consigue toda la información que necesita para llegar hasta ella, empezando por su apellido y números de teléfono =)... y se reencuentran en México :)
Sin embargo, cuestiono el que haya esperado tanto tiempo, el amor no es algo que se nos cruza todos los días, y teniendo sólo una puerta de por medio? Ja! Yo no hubiese esperado tantoooooo.
Me llamó mucho la atención esto:" la realidad suele ser menos en verso y más en prosa"... y pienso que así debe ser, par qué los versos si en una prosa puedes decir más? Y la vida es tan cortaaaa.
Gracias por tus letras
Anny.
Y bueno... de eso se trata, querida Anny... de que el lector cree su propio desenlace.
EliminarMuchas gracias como siempre por tus comentarios.
Saludos
Wow, magnífica historia, me tuvo en hilo todo el rato, mis felicitaciones!!
ResponderEliminarGracias como siempre, Sandra
Eliminar